Cuenta la historia que, cuando empezó a levantarse la monumental Basílica de San Pedro del Vaticano, los enormes pilares que proyectó el arquitecto Bramante, surgieron de su interior para indicar que todo cambiaba desde dentro, manteniendo su esencia.
El colegio La Salle San Rafael lleva dos años sumido en un proceso de transformación integral que va a facilitar mucho más que la renovación de sus instalaciones. Es una renovación total, que llega desde los espacios a la metodología, con el propio alumno como centro del proceso. Todos los cambios tienen un porqué y en La Salle todo se hace desde la coherencia y el trabajo en red.
Nuestra institución ha apostado por el Nuevo Contexto de Aprendizaje (NCA), una propuesta completa que implica mucho más que materiales a medida, algo que ya es por sí un desafío. Las nuevas metodologías activas requieren de espacios flexibles para adaptar en cada momento el
aprendizaje al progreso y las dificultades que se van encontrando.
San Rafael es un centro histórico. Hace ya tiempo que rebasamos el siglo de existencia y el edificio neomudéjar, junto con la torre que le es aneja, son objeto de protección urbanística. Es por ello que planificar su transformación ha supuesto todo un desafío, por los condicionantes inamovibles. Para el inicio del curso pasado se acometió la primera planta y este inauguramos la segunda. Son espacios llenos de luz, diáfanos y abiertos, que fomentan con sus suaves colores un ambiente acogedor y alegre. El cristal es el gran protagonista, estableciendo un continuo que puede modificarse en función de las necesidades, recurriendo a unos muros panelados que se recogen en los laterales cuando no interesan. El mobiliario ha buscado aunar flexibilidad con versatilidad y modernidad, considerando asimismo la accesibilidad por los más pequeños, que pueden llegar a los materiales con libertad, en una idea muy inspirada también por la pedagogía Montessori.
Llama mucho la atención, desde una perspectiva tradicional, la ausencia de una pizarra en la que focalizar el interés. Pero basta con una hora en el aula para ver que el aprendizaje cooperativo hace ya tiempo que rompió con el protagonismo unidireccional. Los cristales están con frecuencia dibujados con conceptos e ideas en desarrollo, el monitor multimedia abre las ideas y son los alumnos finalmente quienes trabajan y aprenden. Al fin y al cabo ¿no son ellos los protagonistas?
El curso que viene le llegará el turno a la tercera planta, donde están los alumnos de5º y 6º de Primaria. Nuestro centro está comprometido con La Salle, los alumnos y las familias, apostando por la renovación y la atención personalizada. Un proceso que nunca acaba, pues los tiempos cambian y nosotros queremos cambiar con ellos, desde nuestra tradición, para dar una respuesta humana y cristiana a la sociedad contemporánea.
Comunicación La Salle San Rafael