Desde hace muchos años venimos desarrollando en toda la primaria del Colegio un concurso muy especial, que es dinamizado no sólo por los tutores, sino también por una gran parte de la comunidad educativa; se trata del Concurso Literario de Primaria.

Desde los más pequeños con sus caligramas, sus poesías o sus descripciones, hasta los más mayores con sus narraciones repletas de emoción, suspense y algún que otro romance, en primavera sacamos punta a los lápices y afinamos nuestra mejor letra para rendir homenaje a los clásicos o para sorprender al respetable público con historias de estructura muy creativa.

Cada año, intentamos crear un nuevo leitmotiv, una nueva arenga que anime a los más reticentes a dar rienda suelta a su imaginación: “rescata a tus héroes”, “vas a ser tú”, “no todo está escrito”… Son algunos de los gritos de guerra que inundan los pasillos cuando se acerca el gran momento.

Como podréis imaginar, el hecho de que el director, el personal de limpieza, las secretarias, la recepcionista o los profes saquemos un hueco para festejar en pasacalles, vídeos de motivación o entregas de premios la fuerza de la naturaleza que es escribir, hace mucho por implantar en los alumnos una semilla de motivación extra y perder el miedo al blanco mental, al vacío creativo, que a veces puede resultar un abismo sobre el que hay que saltar con fe.

Me gustaría ahora que dedicarais un par de minutos a leer unos párrafos, prometo que no son especialmente arduos:

Los concursos literarios son una excelente herramienta para fomentar la creatividad, la imaginación y el desarrollo del lenguaje en los alumnos de primaria. Estos concursos pueden ser una actividad divertida y emocionante que motive a los estudiantes a leer, escribir y contar historias.

 Un concurso de narración puede ayudar a los estudiantes a desarrollar sus habilidades lectoescritoras. La tarea de escribir una historia requiere que los chicos piensen en la estructura y el contenido de una historia, así como también en la gramática y la ortografía. Además, al leer las historias de otros estudiantes, los participantes del concurso pueden mejorar su capacidad de comprensiva.

 Los concursos de narración también pueden fomentar el trabajo en equipo y la cooperación entre los estudiantes. Los estudiantes pueden trabajar juntos para crear una historia y compartir ideas. Además, al participar en el concurso, los estudiantes pueden aprender a respetar las opiniones y los puntos de vista de los demás.

 Al participar en un concurso de narración, los estudiantes pueden desarrollar su autoconfianza y autoestima. El hecho de crear algo propio y presentarlo ante un público puede hacer que los estudiantes se sientan orgullosos de sí mismos y de su trabajo. Además, el hecho de ser reconocido como el ganador del concurso puede hacer que los estudiantes se sientan aún más seguros de sí mismos y de sus habilidades.

Vale. Ya está.

¿Sabéis quién ha escrito esto? Pues lo ha escrito una Inteligencia Artificial al preguntarle un servidor sobre las bondades de los concursos literarios.

No sé si habéis notado lo mismo que yo.

Sé que algunos lo habéis percibido.

Sé que sabéis que la máquina tiene razón en muchos de los planteamientos que ha sugerido.

Quizá algún día seamos capaces de emocionarnos con lo que el aprendizaje de una máquina es capaz de transmitir… ¿O ya lo somos?

Ya hay creaciones plásticas que compiten en concursos internacionales… Y los ganan.

El caso, como siempre, es que el mérito de que estas máquinas hayan llegado donde lo han hecho es del trabajo de unos programadores visionarios que quieren alcanzar cotas imposibles…

Tan imposibles como que un niño se supere a sí mismo, a sus miedos, a sus bloqueos, a sus monstruos… Y surja la magia de crear. Esa que le hace ganar una confianza que no tenía, esa que le rompe sus propios esquemas.

Y todos los que lo leemos, lo disfrutamos, lo saboreamos, pensamos lo mismo…

Qué máquina tan bonita tienes ahí arriba, Alberto. Qué pasada de final has creado, Silvia.

Qué bonito cuando los cuentos salen bien.